lunes, 30 de abril de 2007

Discurso de Steve Jobs

Dicurso de Steve Jobs Fundador de Apple y de los estudios Pixar


domingo, 22 de abril de 2007

VIDEO la astrologia



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VIDEO La carta Natal



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Video Coloquio sobre el destino



Creo que es un video producido por Armando Rey

martes, 17 de abril de 2007

Emergencia Petroleo de Enriqueta Bruni

EMERGENCIA PETRÓLEO.

El oro negro está relacionado astrológicamente a Plutón y sus tránsitos han señalado el nacimiento, los sucesos y crisis del petróleo, lo cual hacen prever cuales pueden ser las tendencias en los próximos años en ese sector.

LA SUBIDA DE LOS PRECIOS

Hasta hace poco tiempo, la mayor parte de los expertos de los sectores energéticos y económicos no dramatizaban mucho la subida de precios del petróleo y lo consideraban como un fenómeno pasajero y de poca importancia. Algunos de ellos habían sostenido que el alza no podía continuar por mucho tiempo, mientras que hemos visto que ha superado la barrera de los 50 $, motivado a diversos factores políticos, sociales y económicos.

La astrología puede ayudarnos a entender como se desarrollaran los cambios en este sector relacionando al petróleo con el planeta Plutón.

PLUTÓN Y EL PETRÓLEO

La hipótesis más acreditada entre los astrólogos modernos, consiste en asociar el petróleo a Plutón y particularmente a su domicilio en Escorpio. Este signo siempre ha estado relacionado a los fenómenos más destructivos que pueda ofrecer la naturaleza. La muerte, individual y/o colectiva constituye la expresión más emblemática. Por analogía encontraremos entre los fenómenos pluto - escorpionicos la descomposición y putrefacción de los cuerpos después de llegada la muerte y también la degeneración de los tejidos orgánicos inducidos por algunas enfermedades. Paradójicamente tanto Plutón como Escorpión son los símbolos del resurgir de las cenizas o también de la vida después de la muerte.

UN DÍA EN ESTADOS UNIDOS…

Aun cuando la relación del hombre con esa sustancia resale a mucho tiempo atrás, la era petrolífera inicia oficialmente en 1859, en Pennsylvania, (U.S.A.) cuando un coronel perforó el primer pozo petrolero del mundo. Es en esa época cuando Plutón completaba su tránsito en Aries, es decir en el signo que mejor representa el inicio de las cosas, el coraje y la inconsciencia indispensable para realizarlas. Plutón en Aries (1821-1851), llevó a la humanidad a buscar, aunque de manera poco conocidos y con medios toscos, una nueva y potente fuente de luz y energía. Examinando de ese momento en adelante los tránsitos de Plutón en los varios signos zodiacales, se descubren interesantes e inesperadas correspondencias con el nacimiento, desarrollo y crisis del petróleo. Empecemos.

PLUTON EN TAURO (1851 - 1882)

Primeros pozos petroleros y aumento drástico del uso de uno de sus derivados usado para la iluminación a través de lámparas de kerosén. Nacimiento del motor y de la gasolina que revolucionaron el mundo. En esta fase a Plutón le fue obligado a que brotara del subsuelo convirtiéndose en una fuente de riqueza económica y comodidad para la nueva burguesía y comida para las máquinas y las industrias.

PLUTON EN GÉMINIS (1882 - 1913)

Primeros medios de transporte de alimentos a gasolina y a diesel: derivados del petróleo. Nace la era del automóvil, de las calles asfaltadas y del aeroplano. Explosión triunfal en el consumo de oro negro y aparición de las primeras compañías petroleras.

PLUTON EN CANCER (1913 - 1939)

Primeras habitaciones y locales públicos calentados con el diesel o con el kerosén en vez del carbón o madera. La Primera Guerra Mundial se combate con las primeras máquinas dotadas de motor diesel. Las naciones industrializadas empiezan a depender de las provisiones de petróleo.

En el caso de Venezuela el primer pozo petrolero es perforado en 1913. Curiosamente a nivel astrológico se dice que Venezuela es del signo Cáncer.

PLUTON EN LEO (1939 - 1956)

Primeras centrales termoeléctricas y primeras industrias siderúrgicas que utilizan derivados del petróleo como combustible. El mundo aclama finalmente al petróleo como la fuente energética más importante en absoluto, aquella que permite vivir plenamente la sociedad de consumo.

PLUTON EN VIRGO (1956 - 1971)

Difusión mundial de las industrias petroquímicas y la influencia de las mismas en la vida cotidiana. Las sociedades más avanzadas conocen una verdadera invasión de un nuevo material que cambiara el mundo: el plástico. La petroquímica revoluciona y hace más productiva a la agricultura, gracias a la introducción de fertilizantes y ayuda con sus derivados a la industria farmacéutica.

PLUTON EN LIBRA (1971 - 1984)

En los años 70 Plutón hizo oposición al periodo que inició 120 años atrás. En astrología eso representa un momento crítico por excelencia, el punto de vuelta que conduce a una regresión. En esos años empezaron a ocurrir las primeras crisis petroleras y energéticas de la historia moderna.

PLUTON EN ESCORPIO (1984 - 1995)

Después de la crisis de los años 70 e inicio de los 80, se verificó inesperadamente en el decenio sucesivo justo en el transito de Plutón en el signo de Escorpión un regreso del petróleo como energía primaria, aquella que hace mover las industrias, los transportes, los comercios y enciende las luces de nuestras casas. Debido al desastre ambiental ocurrido en Chernobyl (1986) y a la bajada de precios del petróleo, este se convierte nuevamente en conveniente y apetecible. El aspecto negativo de esta fase la podemos encontrar en dos fenómenos: empeoramiento de problemas ambientales debido a la contaminación de hidrocarburos y la disminución acelerada de los yacimientos petrolíferos más importantes.

PLUTON EN SAGITARIO (1995 - 2008)

La generosidad del planeta Júpiter, quien rige a Sagitario, hace que los precios del petróleo se hayan triplicado, a partir de 1999. También se esta viendo como en estos últimos años se esta verificando un pico en la producción petrolera a nivel mundial.

La naturaleza optimista del Sagitario se ha reflejado especialmente en el caso venezolano en ofrecer petróleo barato a países que más lo necesiten y en la creación de compañías petroleras regionales.

UNA MIRADA AL FUTURO

Plutón transitará en el signo de Capricornio a finales del año que viene, una zona considerada astrológicamente como muy privativa, que hace pagar los errores cometidos en el pasado. Plutón – petróleo entrará en un ángulo de cuadratura con Aries, que es el signo donde empezó la era petrolera. El planeta pasará a partir del 2010 por tres importantes cuadraturas las cuales son consideradas a nivel astrológico como períodos de muchas pruebas y dificultades. Los mercados petroleros podrán caer literalmente haciendo que los precios del petróleo y sus derivados aumenten de precio.

Podremos asistir a la caída de la era petrolera y se tendrá el riesgo de colapso de la economía mundial que se mantiene casi exclusivamente con la energía del oro negro.

La configuración astrológica del 2010 se parece muchísimo a la ocurrida entre 1929 y 1930, responsable de la grande depresión económica que golpeo primero a los USA y después al resto del mundo con la caída de la bolsa en Wall Street.

Otra área que puede ser afectada es la energía eléctrica, la cual puede ser incapaz de producir con eficiencia llegando a ocurrir apagones que podrán cerrar las industrias y los servicios relacionados con la computación.

Crisis para el transporte aéreo y el automóvil, que es un lujo que consume mucha energía y difícil de mantener.

La parte positiva es que esta será una ocasión para pasar la página y cambiar a un estilo de vida más sobrio: ahorrando energía y ser menos dependientes del petróleo y más en sintonía con la naturaleza, trayendo por ejemplo energía de las fuentes renovables.

Si no haremos dicha transición lo antes posible entonces tendremos unas pruebas peores en los próximos decenios, aproximadamente a partir del 2020. Depende de nosotros como prepararnos para ese momento.

Ese cosmos que nos habita

Ese cosmos que nos habita

El trabajo, el amor y el sufrimiento constituyen los tres "valores" que permiten al hombre la realización del significado de la existencia. Estos tres valores se encuentran en relación directa con parámetros de creatividad, de experiencia, y de actitud.

El hombre responde a las situaciones con su propio trabajo. Los valores creativos corresponden a su actividad, a esa forma peculiar de intervenir en el mundo para estructurarlo y dirigirlo hacia el bien. En consecuencia, el hombre debe vivir la realización de una obra o de un proyecto como una tarea vital en respuesta a la tarea general que le ofrece la vida. El oficio debe ser "amado" y no sólo visto como un medio para alcanzar un fin. Lo que interesa no es lo que se hace, sino cómo se hace, porque la profesión en sí no puede hacer al hombre indispensable e insustituible; la profesión sólo nos da la probabilidad de ser tal.

En el trabajo lo que cuenta es la dedicación, la intensidad con que nos aplicamos, y no el tipo de trabajo que se desempeña; la intensidad y el ardor expandirán, por sí solos, la proyección de nuestro trabajo. Si aportamos entusiasmo y dedicación, aunque el trabajo no satisfaga, entonces será efectivamente un valor.

Lamentablemente, el proceso de industrialización ha obligado a trabajar al hombre, no sólo, con máquinas, también, como máquina. Este trabajo no significativo, no aporta al hombre un valor. Compete al hombre ocupar su tiempo libre; pero no para escapar del vacío interior, sino para ocuparlo, para darle sentido. El que sabe cómo llenar el espacio que la progresiva industrialización le concede con actividades colaterales o con entretenimientos, podrá hacer significativa su existencia.

La historia del hombre, según Freud es la historia de la represión de la libertad instintiva del inconciente, el dominio casi absoluto de la razón sobre la fantasía y del principio de realidad sobre el principio del placer. La civilización racional y científica que hoy impera en el mundo se ha logrado gracias a milenios de represión implacable sobre el inconciente, a una sistemática y continuada lucha contra el principio de placer y la felicidad de la persona humana.

Al valor de la experiencia concierne todo lo que el hombre pueda tomar del mundo y de sí mismo; por lo tanto, se refiere a la experiencia artística, filosófica y literaria.

Los sueños o la fantasía son nuestro único escape de la realidad. Ellos constituyen otra realidad no menos real. Existe solo un velo entre la realidad y la fantasía. Se precisa la ilógica en lugar de la lógica, la ilusión en lugar de la percepción, la visión en lugar de la vista. Las fantasías del pasado son las realidades del presente. Las más conocidas teorías afirman que los primeros creadores se valieron de mitos y leyendas para contar las maravillas del universo que no podían comprender. Estamos llenos de semillas que germinan en el espíritu. Las imagenes exquisitas o agobiantes de nuestra imaginación –los arquetipos- según Carlos Jung; las voces y música de la mente, surgen de una inmensidad para la cual no tenemos nombre. Una de las mejores formas de encontrar significado a la vida la encontramos en la lectura de las grandes obras literarias, porque en ellas están fundidas la filosofía que se ocupa del ser; la historia y la ciencia, cuyo asunto es el suceder real, perecedero en la primera, permanente en la segunda; y la ficción que da cuenta de un acontecer imaginario, integrado por elementos de la realidad.

El ambiente y los problemas que acosan al hombre coartan las posibilidades de la interiorización viva, pero detenida en muchos.

El amor constituye la forma más alta de los valores de experiencia. El amor verdadero supera la corporeidad, aunque no la rechaza. El amor se detiene en el yo profundo de la persona amada, en su espiritualidad. Pero el sufrimiento manifiesta la grandeza del hombre, porque sólo en él se encuentra trágicamente inmerso, confrontando consigo mismo su capacidad de trabajo, de goce. Detrás de las razones de la razón, que languidece, percibimos las razones del corazón, las virtudes, los vicios y ese gran dolor que es la vida del hombre. El sufrimiento supera el significado de la creatividad y el significado del amor. Aún así, nuestra actitud se extiende más allá del dolor y asume frente a lo adverso una posición inexpugnable. Paleamos el dolor con el invencible de la creatividad y de la fantasía. Que mejor ejemplo que "El Nautilus (veinte mil leguas de viaje submarino)" de Julio Verne, escrita, aproximadamente, en 1873. Más allá de los innumerables recursos de la ciencia, Verne inventó un excelente medio novelesco para que esta apropiación del mundo resultara deslumbrante. Roland Barthes ha sugerido que el barco de Verne bien puede ser símbolo de partida; pero en lo profundo es el signo de la clausura, la alegría de un encierro perfecto, de tener a la mano un número posible de objetos; y desde su seno sin fisura dar cuenta de sí mismo y de su contrario: el vacío de las aguas exteriores. Ese cosmos que nos habita contiene a todos los dioses y demonios. Podemos utilizar sus poderes para obtener alegría y libertad en tiempos de crisis y desolación, o para difundir la devastación física y espiritual que vivimos.

Licenciada en Letras

beasansone@hotmail.com

lunes, 16 de abril de 2007

Los astros lo explican todo

Los astros explican todo

Escrito en el cielo no es un compendio más de ignota procedencia y dudosos fines esotéricos o comerciales. Es una historia completa y compleja acerca de los orígenes, usos y resultados de la astrología como ciencia de acertijos y aciertos, desde el antiguo Egipto hasta el 11-S en Nueva York.

En este fragmento, curiosamente tomado del capítulo 13, el aclamado profesor Bobrick nos ofrece una impresionante lista de grandes personajes adictos al horóscopo: desde Copérnico y Kepler hasta Churchill y De Gaulle, entre otros. Un trabajo serio, bien fundamentado, muy ágil y fascinante.

El 21 de mayo de 2000, Saturno entró en conjunción con Júpiter, lo que indicaba –según la visión tradicional de algunos astrólogos– que el mundo estaba a punto de cambiar.

El pronóstico de lo que ello podía significar era nefasto porque Saturno se desplazaba hacia una conjunción con Aldebarán, una estrella fija conocida por provocar el hambre, la devastación y la guerra. Esa conjunción se produjo en 2002 y repitió un aspecto celeste que ya había coincidido con la Primera Guerra de 1914-18. Una década antes, varios astrólogos habían predicho que la próxima guerra mundial se libraría entre Occidente y el mundo islámico. Y no estaban errados.

Hasta el momento, el acontecimiento capital de ese conflicto fue el ataque suicida del 11 de septiembre de 2001 contra los Estados Unidos, planeado por Osama Bin Laden, un rico fundamentalista saudita, quien sentía un odio implacable por esta nación. (...) Un mes después, el Today's Astrologer del 16 de octubre de 2001 advirtió "que un poderosísimo eclipse solar" había ocurrido el 1º de julio de 2000 en conjunción con el planeta Marte, que se hallaba en su caída en Cáncer, un signo regido por la Luna. El eclipse duró dos horas y cincuenta y un minutos, lo que significaba (conforme a la tradición) que sus efectos se harían sentir durante dos años y diez meses. (...)

En la misma tirada del Today's Astrologer, otro astrólogo escribió: "Todos los aspectos benéficos de Mercurio muestran el éxito de los ataques terroristas. El vuelo aéreo está indicado por Mercurio en conjunción con el ascendente en un signo de aire, en la décima casa, la de los enemigos secretos. Mercurio también rige la novena casa, la de los viajes y los extranjeros. La Luna está en Géminis en la novena casa, opuesta a Marte en Capricornio en la tercera, la de los viajes cortos, con Marte rigiendo la séptima casa de los enemigos declarados. El Sol se halla en conjunción con el Medio Cielo natal de los Estados Unidos. Saturno, en la octava casa en Géminis, indica muerte desde el aire. El hecho de que Mercurio en tránsito sea el regente de la séptima casa natal y esté en conjunción partil con Saturno en la décima, revela que la intención del enemigo era destruir al gobierno y al presidente (Virgo rige la décima casa) desde el aire".

El aspecto lunar señalaba "una conmoción emocional para los habitantes del país". Dado que la Luna rige también la carta de la ciudad de Nueva York (fundada como Nueva Amsterdam el 16 de mayo de 1625, a las 8:52 de la mañana), con Cáncer en ascenso, "este poderoso tránsito acarreará una inesperada agitación y perturbación emotivas". Todo ello parece plausible e incluso ingenioso, pero es posterior al hecho. Retrospectivamente, es posible hacer que todas las cosas coincidan.

Sin embargo, un astrólogo parece haber acertado. El Sanedrín (la enseñanza del consejo de ancianos hebreos), que data de los tiempos antiguos, nos dice que "un astrólogo puede determinar por medio de cálculos bajo qué planeta, en qué mes y en qué día específico una nación determinada sufrirá un ataque". Esos astrólogos, si existen, deben ser escasos, pero los pocos que se ciñen a las técnicas tradicionales (matemáticamente rigurosas y harto exigentes) cultivadas por los griegos y árabes, y cuyo paradigma son las obras de Guido Bonatti, Girolamo Cardano o William Lilly, entre otros, son capaces de acertar, al menos de vez en cuando. Robert Zoller, un erudito latinista, medievalista y especializado en astrología árabe, vio venir el ataque del 11 de septiembre con claridad meridiana. Su predicción se desarrolla en una serie de pronósticos, cada uno de ellos más específico que el último.

En su boletín informativo de julio de 1999, Nuntius, dedicado a "las predicciones según la astrología mundana y a breves artículos sobre la filosofía medieval y el ocultismo moderno", escribió: "Si los Estados Unidos no dejan de actuar con incompetencia, provocarán la depredación de aventureros como Osama Bin Laden, Saddam Hussein, Slobodan Milosevic (aún en el poder) y otros deigual ralea. Este es un llamado de advertencia". A su entender, el peligro estaba representado por un inminente eclipse solar ocurrido el 11 de agosto de 1999, cuyos efectos durarían unos dos años y medio, conforme a los principios tolemaicos. Un año más tarde, en la edición de Nuntius de agosto de 2000, escribió: "Hay una creciente amenaza para los ciudadanos estadounidenses, sobre todo para quienes viven en el litoral Este".

Y al mes siguiente: "Vuelvo a llamar la atención sobre la creciente amenaza del terrorismo islámico, que se hará sentir en los Estados Unidos. El periodo más peligroso: septiembre de 2001… La destrucción y la pérdida de vidas habrán de conmocionarnos a todos. Repito mi advertencia por tercera vez". Y en una posdata, advirtió que en esa misma fecha el mercado de valores también sufriría "una conmoción de envergadura seguida por una aguda tendencia bajista". Predicción hecha exactamente un año antes del ataque (...).

Frente a Antares, una de las cuatro reales estrellas de Persia conocida como "el observador de Occidente", se encuentra otro "observador del cielo", Aldebarán –la estrella más brillante de Tauro–, cuyo nombre proviene de una palabra árabe que significa "el siguiente", pues se encuentra a continuación de las Pléyades. Tolomeo ya advirtió hace dos mil años que cualquier aspecto astrológico entre Aldebarán y Marte significaba una acción bélica peligrosa. Ambos se encontraban en oposición, con Marte en conjunción con Antares el 31 de enero de 2003, cuando el gobierno de Bush tomó la decisión de emprender la guerra. El momento no era el más oportuno.

Desafortunadamente, el horóscopo del presidente George W. Bush parece estar vinculado con acontecimientos terribles. Cuando el ascendente cae en una poderosa estrella fija, ello suele afectar visiblemente el destino de una persona. El ascendente de Dalí se encontraba en la estrella fija Propus, que le confirió fama; el de Freud, en Pólux, que le dio una mente sutil; el de Einstein, en Sirio, que le otorgó honores y renombre; el de Bush, en Praesepe, una de las agrupaciones de estrellas fijas más maléficas del cielo (...), que incita a la improvisación y conduce a la insolencia, la crueldad, la brutalidad y el desprestigio. Asociada, asimismo, con la ceguera (física o psíquica), denota a alguien que no puede ver con claridad las consecuencias de sus propios actos (Praesepe y la tosquedad son inseparables); significa, astrológicamente hablando, que el resultado de sus acciones suele ser el horror. (...).


Cuando le preguntaron a Aldous Huxley qué dirían los científicos si un prominente miembro de su grupo anunciara que cree en la astrología, él respondió: "Dirían: 'He aquí a un gran científico... con una manía'". Al popular astrónomo Carl Sagan no le interesaba la astrología, pero se negó a firmar un manifiesto contra ella en The Humanist, donde firmaban 192 científicos, incluidos 19 premios Nobel. En una carta al director, Sagan explicó: "Me es imposible avalar la declaración de las 'Objeciones a la astrología' porque sentí, y sigo sintiendo, que el tono de la declaración es autoritario. La cuestión no reside en que la astrología tenga sus orígenes en la superstición, pues lo mismo se aplica a la química, la medicina y la astronomía. Analizar la motivación psicológica de quienes creen en ese arte me parece superficial en cuanto a su validez se refiere. No se conocía ningún mecanismo que diera cuenta del desplazamiento continental, hasta que fue propuesto por Alfred Wegner. Sin embargo, hemos comprobado que Wegner estaba en lo cierto, y que quienes recusaron su tesis estaban equivocados".

En la práctica de la astrología, algunas predicciones se cumplen y otras no. Jacques Gaffarel, astrólogo de uno de los más astutos estadistas franceses, el cardenal Richelieu, la llamaba "el presagio del propio destino escrito en el cielo"; más precavido, Louis de Wohl hizo la siguiente observación: "La astrología no es profecía. Se ocupa de tendencias, no de certidumbres, y tiene un amplio margen de error… pero da resultado". Análogamente, Evangeline Adams escribió: "El horóscopo no pronuncia ninguna sentencia… sino que advierte", y agregó: "La astrología no puede equivocarse. El infinito es inapelable". En todo caso, puede discutirse su veracidad. Tal como sir Isaac Newton le habría dicho a Edmund Halley –que despreciaba la astrología–, en una réplica descortés: "Yo, señor, he estudiado el tema, y usted no".

Como sea, hubo suficientes predicciones que se cumplieron. He aquí una más. En el Berliner Auskunftsbogen de diciembre de 1958, un astrólogo alemán predijo la muerte del papa Juan XXIII para 1963. Y así pasó.

Nos gueste o no, un astrólogo puede decir que cuenta con el aval de figuras como Brahe, Galileo, Kepler y Newton en astronomía; Dante, Chaucer, Shakespeare, Dryden, Goethe y Byron en literatura; Platón y Ficino en filosofía; Aquino y Buenaventura en teología; J. P. Morgan y otros magnates en economía; la reina Isabel I y Charles De Gaulle en política; Boticcelli, Tintoretto, Durero y Hieronymus Bosch en pintura; Carl Jung en psicología; y Alejandro Magno, Darío de Persia, Adriano, al-Rashid, Lorenzo de Médicis y otros conquistadores. La lista es interminable (...).

Un caso de "gemelos astrales": el 4 de junio de 1738 nacieron dos niños con menos de un minuto de diferencia. Uno era William Frederick, más tarde coronado Jorge III de Inglaterra, y el otro James Hemmings, hijo de un ferretero (...). Ambos se casaron el 8 de septiembre de 1761, tuvieron igual número de hijos (¡la misma cantidad de niñas y varones!), sufrieron los mismos accidentes y enfermedades, y murieron el sábado 29 de enero de 1820 con menos de una hora de diferencia (...).

Se dice que, en noviembre de 1969, la NASA invitó a Cabo Kennedy a diez miembros de la Federación Estadounidense de Astrólogos, para el memorable lanzamiento del Apolo XII a la Luna. Dos días antes, el astrólogo Frances Sakoian anunció que la carta confeccionada para esa ocasión indicaba problemas con el combustible. Y ante la consternación de los oficiales y funcionarios allí presentes, hubo que reemplazar uno de los tanques antes del lanzamiento (...).

En la esfera de las finanzas, los astrólogos también han tenido un relativo éxito en cuanto a correlacionar las fluctuaciones del mercado con los ciclos planetarios, y varios bancos de Londres cuentan hoy con "astroeconomistas" entre su personal. La astroeconomía es tan antigua como la astrología misma. Hace 4.000 años, los babilonios utilizaban los planetas para prever las buenas y malas cosechas, lo que implicaba mayores o menores ganancias para los comerciantes. En la antigua Roma y en la Europa medieval y renacentista, la mayor parte de la gente culta rastreaba sus perspectivas económicas en las estrellas. Los musulmanes utilizaron puntos del cielo para examinar la evolución de los bienes individuales (...).

Aveni, un escritor dedicado a las estrellas, asegura que "el deseo de construir un zodíaco está motivado por nuestra tendencia a buscar lo familiar en lo ignoto y de expresar lo desconocido en función de lo que conocemos... Les prestamos atributos mundanos a las fuerzas invisibles de la naturaleza, inventamos el cosmos a partir de nosotros mismos" (...). Y dijo el naturalista John Burroughs: "Estamos en el cielo en la misma medida en que siempre lo estuvimos. Si un hombre estuviera en las Pléyades, no por eso estaría más en el cielo que un borracho en una zanja".

Astrologia y Mitologia


Algo sobre Mitología
(una bellísima historia).

La Mitología, frente a lo que dicen muchos estudiosos del tema, no es sólo un conjunto de cuentos fantásticos y vacíos de sentido sino que, por el contrario, representa una forma de expresión de la Sabiduría Tradicional. Esto es un hecho en lo que se refiere al tronco principal de las mitologías de los diferentes pueblos, pero no cabe duda de que los mitos secundarios y de tercera fila ya pierden bastante la profundidad, aunque casi siempre tienen alguna moraleja al modo del refranero.

Podríamos preguntarnos por qué los antiguos ponían en parte pasiones y amores humanos en los dioses, a la vez que les atribuían poderes supranormales. Esto es muy sencillo de explicar, ya que lo que hoy nosotros traducimos como dioses era, para nuestros antepasados, la representación de las fuerzas rectoras del universo. Y, de acuerdo a la sentencia hermética de "como es arriba es abajo", las debilidades y potencias de los dioses podían ser, aunque no necesariamente, las de los hombres.

De este modo, lo que nosotros llamamos mito es simbólicamente un cúmulo de experiencias humanas expresadas en forma artística y simbólica, lo cual hoy no se suele dar con tal categoría.

Nuestros antepasados, tal como volveremos a hacer los hombres del siglo XXI, estaban muy atentos al comportamiento de los dioses, pues ellos sabían que esas potentísimas fuerzas tenían efectos inmediatos sobre la vida terrestre.

De ahí que siempre hubiera un cierto aire de respeto a esas energías que, como algo propio de civilizaciones ya caducas, degeneró en lo que hoy mal conocemos como sacrificios. Estos actos eran en su origen ceremonias de Alta Magia Blanca destinadas a contrarrestar en lo posible, con el poder mental y la voluntad de los antiguos Iniciados y, en momentos propicios determinados por la posición de los astros, a esas tremendas vibraciones que manejan nuestro planeta.

Y, por supuesto, dichos "experimentos de metafísica mental y espiritual" no tenían nada que ver con sacar el corazón a un animal o machacar la cola de dos o tres lagartos. Lo que en esos Santuarios se realizaba es conocido por los esoteristas y los Iniciados actuales ya que, en forma de símbolos, los Antiguos nos han dejado el secreto de su ciencia.

Pasamos ahora a narrar la anunciada bellísima historia.

Urano fue el primer dios que reinó sobre el Universo y, uniéndose con Gea (la Tierra), procreó estirpes monstruosas: los gigantes Hecatónquiros (de cien brazos), los Cíclopes (con un solo ojo en la frente) y, los Titanes, poderosos y feroces. Entre estos seres monstruosos siempre hubo lucha y adversidad hasta que un día, Urano, para poner orden en el universo, los encadenó sumergiéndolos en el Tártaro, lugar obscuro de castigo.

Gea, esposa de Urano, enfurecida por ello, pedía a sus hijos que la vengaran. Entonces, uno de los hijos de Urano, Kronos (Saturno), atacó a su padre, lo mutiló y lo encadenó. Fue por ello Kronos el segundo soberano del cosmos.

Pero el Hado, dios supremo, había establecido que, al igual que Kronos encadenó a su padre, un hijo suyo lo haría con él. Kronos, enterado de esto y deseando evitar el destino, decidió comerse a sus hijos al nacer. Y así lo hizo con Deméter (Ceres), Hera (Juno), Hades (Plutón) y Poseidón (Neptuno). Pero Rea, esposa de Kronos, cuando dio a luz a Zeus (Júpiter), un hijo hermosísimo, tomó una piedra y envolviéndola en pañales se la dio a Kronos, quien la comió engañado.

Zeus fue criado por los coribantes, un colegio de Sacerdotes, quienes disimulaban el llanto del pequeño dios con el sonido de tambores y choques de escudos, a fin de que no fuera oído por el cruel Kronos.

Cuando Zeus creció se encontró con su padre y, después de vencerle y haberle hecho vomitar a sus hermanos, lo desterró del cielo. Fue entonces Zeus el tercer rey de los dioses antiguos, que dio la entrada a los dioses nuevos de la Mitología griega.

Júpiter organizó el universo encarcelando en el Tártaro a los dioses antiguos que habían ayudado a Kronos y reunió a los demás en su corte celestial. Se casó con Metis, la Mente; con Temis, la Justicia; con Mnemosina, la Memoria; y se unió también a Leto, Deméter, Hera y Maya, teniendo de todas ellas hijos divinos: Atenea (Minerva), Febo (Apolo), Artemisa (Diana), Perséfone (Proserpina), Hermes (Mercurio), Ares (Marte), Hefesto (Vulcano), así como las Musas y otras divinidades menores.

A cada uno Zeus le dio una misión concreta y dividió el universo en tres reinos: tomó para sí el cielo y la Tierra, dio los mares a Poseidón (Neptuno) y el reino de ultratumba lo cedió a Hades (Plutón).

La Mitología representa a Poseidón con larga barba y de gigantesca estatura, armado con el poderoso tridente con el cual puede desencadenar las tormentas marinas y luego aplacarlas.

Habita en las profundidades del océano, pero a veces emerge, recorriendo la superficie del agua en su carro arrastrado por delfines y acompañado por su cortejo de nereidas y tritones. Poseidón es a veces benigno y en ocasiones terrible, voluble e inconstante como el océano.

Hades (Plutón) es el señor del reino de los muertos. Hades significa en griego "lo que no se ve". Es un dios severo y solitario que raras veces sale de las profundidades de la tierra.

Con los demás dioses casi no se relaciona y todos los hombres temen el momento en que se verán ante su trono. Su esposa es la hermosa y desdichada Proserpina, que fue raptada por Plutón.

Zeus, Poseidón y Hades son los dioses más poderosos, pero hay otros muy destacados, los cuales mencionamos a continuación. La hermosísima diosa del amor, Afrodita (Venus), que nació en una mañana de primavera de la espuma del mar. Puede ofuscar la mente de los dioses y de los hombres encendiendo en ellos el fuego del amor.

Afrodita tuvo dos esposos: Hefesto (Vulcano), el herrero celeste y Ares (Marte), dios de la guerra. Este último fue poco venerado por los griegos pero mucho por el belicoso pueblo romano.

De cuerpo atlético y siempre cubierto con armas, Ares induce a los hombres a la lucha en los campos de batalla.

Apolo (Sol) es el apasionado y esplendoroso dios solar. A través del cielo conduce el luminoso carro del Sol, que da calor y fuerza a todo el universo. Junto a sus nueve diosas hermanas, las Musas, es el inspirador de los poetas y los músicos. Dios de la perfección y la belleza, muy venerado en Grecia. El centro de su culto estuvo en Delfos. Su hermana Artemisa (Diana) es la diosa de la Luna y de la caza.

Un dios apreciado por los demás inmortales y amigo de los hombres es Hermes (Mercurio). Es muy astuto y arrojado. Le veneraron los médicos, los abogados e incluso los ladrones. Es el veloz mensajero de los dioses. Dio a los hombres la lira, la elocuencia, el lenguaje y la medicina.